viernes, 3 de julio de 2009

¿Cómo han conseguido que se retrase la entrega de comunicaciones orales?


1. ¿Por qué se ha podido prorrogar el plazo de envío de comunicaciones hasta el 6 de septiembre?

La razón fundamental para prorrogar el plazo al 6 de septiembre es facilitar las cosas al congresista. En los congresos realizados después del verano la tendencia es poner el plazo limite antes del verano pensando que nadie trabaja en verano. Y es cierto, nadie trabaja en verano, el comité cientifico tampoco. Por tanto es una pena quitar esos meses que pueden servir para terminar de recoger algún dato o para darle forma definitiva a un trabajo. La limitacion fundamental en la fecha depende de la editorial que edita la revista del congreso donde aparezcan los resumenes. La editorial suele poner fechas con bastante margen pensando en que luego habrá retrasos. El truco es calcular bien todas las fechas y cumplirlas escrupulosamente. El plazo acaba el 6 de septiembre a las 12 de la noche. Realmente acaba el día 7 por la mañana cuando el empleado de la empresa organizadora llegue al trabajo y corte la recepcion, y a partir de ahí ya no se aceptara ninguna

2. ¿Cuál es el proceso desde que un profesional envía una comunicación hasta su aceptación?

En principio se aceptan todas las comuncaciones excepto las que no tienen nada que ver con el tema del congreso. Las comunicaciones se envian a traves de un formulario en la web. Las recibe la empresa organizadora del congreso y una vez terminado el plazo me las envia por email. Yo hago una primera lectura de todas ellas y selecciono las que tratan de temas ajenos al congreso para enviarlas a 3 miembros del comité cientifico. Estos son los que deciden si se aceptan o no. Son muy pocas las comunicaciones que son rechazadas, creo que menos del 1%. El autor puede estar seguro de que su comunicación se aceptara si el tema tiene relación con el congreso.

3. ¿Cómo consiguen que la evaluación sea ciega?

Pues es bastante fácil. Los autores, ciudades de origen, instituciones y demás van en campos separados que es muy fácil eliminar. En el resumen a veces se indican nombres propios, ya sea de personas, ciudades o instituciones. Estos nombres propios los elimino sustituyendolos por “PERSONA”, “CIUDAD” etc antes de enviarlos al comité cientifico. De esta forma el evaluador no puede saber quien es el autor, ni la ciudad de procedencia. Yo soy el único que sabe quienes son los autores, pero yo no evaluo nada, me limito a organizar el trabajo.
Cada comunicación es evaluada por un mínimo de 3 miembros del comité cientifico, y si las comunicaciones se dividen en grupos por temas para optar a distintos premios todas las comunicaciones del mismo grupo son evaluadas por los mismos evaluadores, para evitar el sesgo del evaluador. Estoy plenamente convencido de que el proceso es imparcial y transparente.

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